abril 28, 2024

Gifted and Talent

Fundación Altas Capacidades El Salvador

Altas Capacidades: ¡No las veo!

4 minutos de lectura
El recelo con un niño de altas capacidades puede manifestarse de diversas formas, como la comparación constante de sus logros con los de otros niños, la resistencia a reconocer y celebrar el talento excepcional, o incluso la exclusión o marginación de los niños dotados en entornos sociales o educativos.

En nuestra cultural, los padres de niños con altas capacidades se encuentran con una realidad que a menudo pasa desapercibida pero que tiene un impacto profundo y es el recelo que surge cuando se identifica a un niños dotado o de altas capacidades. Este fenómeno se manifiesta tanto entre maestros, padres y compañeros de los niños, las consecuencias pueden ser significativas para el desarrollo y bienestar de estos niños excepcionales.

Es lamentable observar cómo, en muchos casos, la falta de comprensión y conocimiento sobre las altas capacidades lleva a la desconfianza y, en ocasiones, a la discriminación por parte de los adultos que rodean al niño. Los maestros, en particular, pueden sentirse amenazados o desafiados cuando se les informa que un estudiante está identificado como dotado o talentoso.

Este recelo puede manifestarse de diversas formas, como la comparación constante de los logros de los niños con altas capacidades con los de otros niños, la resistencia a reconocer y celebrar el talento excepcional, o incluso la exclusión o marginación de los niños dotados en entornos sociales o educativos.

Dentro del contexto educativo, los niños con altas capacidades a menudo se destacan por su intelecto, curiosidad y habilidades excepcionales en áreas como las matemáticas, las ciencias o las artes. Sin embargo, su talento y potencial a veces pueden generar sentimientos de recelo o incomodidad en otros padres cuyos hijos no muestran las mismas habilidades.

Algunas frases frecuentes son:

• “No creo que tu hijo sea tan brillante como dices. Debe estar recibiendo ayuda de alguna manera.”
• “Los niños no pueden ser tan inteligentes a esa edad. Debe ser solo una fase o lo estas sobre estimulando.”
• “Tu hijo parece aburrido en clase porque no está tan avanzado como crees. Todos los niños se aburren a veces.”
• “No entiendo por qué le das tanta importancia a las habilidades de tu hijo. Deberías preocuparte más por su comportamiento.”
• “¿Realmente crees que tu hijo necesita clases extra o actividades especiales? Estás exagerando.”
• “No sé por qué siempre estás hablando de las habilidades de tu hijo. Deberías ser más modesto y no presumir tanto.”



El síndrome de la amapola alta es una metáfora que describe la experiencia de los niños con altas capacidades dentro del sistema educativo, especialmente cuando se enfrentan al recelo o la incomodidad de otros padres cuyos hijos pueden no tener las mismas habilidades excepcionales. La amapola alta crece por encima de otras plantas en un campo de trigo, y esta metáfora ilustra cómo los niños con altas capacidades destacan y sobresalen en comparación con sus compañeros.

Es importante reflexionar sobre este fenómeno y reconocer que el recelo hacia las altas capacidades refleja una falta de comprensión y aceptación en nuestra sociedad. En lugar de sentirnos amenazados o celosos, deberíamos celebrar y apoyar el talento excepcional de estos niños, brindándoles el ambiente y los recursos necesarios para que puedan alcanzar su máximo potencial.

Las experiencias compartidas por algunos padres son reveladoras. Desde la incredulidad y la negación por parte de los maestros hasta la estigmatización y el rechazo por parte de otros padres, el recelo hacia las altas capacidades puede manifestarse de diversas formas. Un ejemplo conmovedor es el caso de una madre cuya hija demostraba habilidades musicales excepcionales, solo para ser comparada de manera despectiva con un niño con síndrome de Down por un maestro poco informado.

Otro aspecto preocupante es la resistencia a permitir que los niños con altas capacidades accedan a recursos adicionales o actividades enriquecedoras. En lugar de apoyar y fomentar el potencial de estos niños, algunos padres y maestros pueden sentirse amenazados o resentidos, creando barreras y obstáculos para su desarrollo.

Es importante comprender que el síndrome de la amapola alta no es exclusivo de los niños con altas capacidades, sino que refleja dinámicas sociales y emocionales más amplias dentro del entorno educativo y comunitario. Es fundamental fomentar la empatía, la comprensión y la aceptación entre todos los padres, independientemente de las habilidades o talentos de sus hijos.

Es fundamental que tanto maestros como padres se eduquen y sensibilicen sobre las altas capacidades, reconociendo la importancia de identificar y apoyar a estos niños de manera adecuada. Solo así podremos crear un entorno inclusivo y enriquecedor donde todos los niños, independientemente de sus habilidades, puedan prosperar y crecer plenamente.

Altas Capacidades El Salvador
Evelyn Campos

2 comentarios en «Altas Capacidades: ¡No las veo!»

  1. En muchas ocasiones los niños tienen talentos que uno en la familia no alcanza a percibir
    Pero hay una cosquillitas que te dice que es especial, super especial.
    Ayúdenme a descubrir su grandeza a pulir su talento!

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